El olor a café por la mañana, esa noche inolvidable con amigos, el primer almuerzo en familia, las tortas de cumpleaños, cuando finalmente te animaste a hacer aquella receta que se viralizó en Internet o la tradicional pasta instantánea que parece un abrazo después de un largo y agotador día. La cocina siempre ha sido uno de los espacios más afectivos de la casa: un lugar para reunir gente, divertirse, desafiarse, crear vínculos y recuerdos!

En tiempos de aislamiento social, sin embargo, “si estas paredes hablaran”, como dice la expresión popular, probablemente revelarían cuanto extrañamos todos estos momentos, así como nuestro restaurante favorito, el kiosco de la playa y el bar de happy hour con las personas del trabajo. Finalmente, compartir momentos, una característica de nuestra cultura.

Como nos quedamos tanto tiempo en casa, ¿por qué no recrear estos recuerdos y llevar las experiencias externas que más nos agradan a nuestra cocina? ¿Falta el fervor de las calles, por ejemplo?

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¿Qué tal aprovechar para pasar un tiempo a solas para una cena romántica o recrear ese plato del que se enamoró en el último viaje? La creación de espacios gourmet, explorando la integración entre las habitaciones, nos permite llevar la experiencia de un restaurante a nuestro hogar.

Además de los diferentes perfiles e edades que pueden coexistir en una misma casa, en los últimos meses, nuestras cocinas también han tenido que adaptarse a múltiples nuevas personalidades y situaciones. Desde estanterías para estudio de los niños, hasta un bar de vinos para as noches de charla en las llamadas “Zoom parties” hasta una panadería, con panes que no solo invaden nuestros hornos, sino también los feeds de Instagram, es de resaltar.

La pregunta es: parece que el “nuevo normal” llegó para quedarse. Ya que incluso cuando nuestra rutina social regresa o vuelve a la “vieja normalidad”, muchos de los comportamientos adoptados durante este período deberán permanecer, provocando cambios permanentes en la forma en que vivimos y residimos. Uno de los aspectos más destacados en este sentido está relacionado con la higiene.

Del horno a las superficies de las mesas

Hablando de sensaciones, pocas situaciones nos aportan tantos recuerdos afectivos como el olor que sale de la cocina de nuestras madres y abuelas. Y es con este espíritu de oda a este espacio tan acogedor y lleno de historias que el equipo de colaboradores de Impress Decor Brasil comparte recuerdos y recetas con nosotros. Desde platos exóticos hasta lolos manjares más sencillos y prácticos, la cocina invita a experimentar, crear e interpretar, como lo hizo Caroline Campos, integrante de nuestro equipo de marketing, quien replicó un pudín que era su favorito incluso antes de que naciera. ¡Entiende esta historia!

“Cuando mi madre era aún una niña, siempre que iban a visitar a mi bisabuela al interior de São Paulo, mi familia compraba el pudín a una anciana que vivía en el barrio. Después de años, cuando mi madre estaba embarazada, volvió al campo. Aunque era muy anciana, cuando esta señora se enteró de que mi madre estaba en la ciudad, se propuso a preparar el pudín especialmente para ella una vez más. Hasta hoy, ¡a mi madre le gusta mucho esta receta, que me pasó y se convirtió también en una de mis favoritas!”, dijo Carol. ¡Sin más preámbulos, ¡vamos a verla!

Receta de Pudín de Leche

Pudín:
½ litro de leche
5 huevos enteros
2 tazas de té de harina de trigo
1 taza y ½ de azúcar
2 cucharadas de margarina

Jarabe:
1 taza de té de azúcar
½ taza de té de agua caliente

Preparación:
Precalentar el horno a 180º.
Batir bien los ingredientes en una licuadora o batidora y reservar.
En la forma de pudín, poner el azúcar y cocinar a fuego lento hasta que el azúcar se derrita, teniendo cuidado de que no se queme. No olvide revolverlo de vez en cuando.

Tan pronto el azúcar se haya derretido, echa el agua caliente (tenga cuidado de no quemarse, una vez que el azúcar puede salpicar un poco).
Mantener a fuego lento hasta que se vuelva un caramelo.
Luego, echa los ingredientes batidos y cubre bien con papel de aluminio.
Métalo en el horno al baño María, con agua a la mitad, por fuera del pudín.
Manténgalo en el horno durante 50 – 60 minutos y verifique el punto y retírelo del horno.
Ahora solo enfríe un poco, desmolde el pudín aún tibio y llévelo al refrigerador.

Consejo de Carol: “El punto ideal es aquél que al clavar un cuchillo, salga un poco sucio de pudín. Si el cuchillo salga limpio, la textura no es tan suave.”

Con pequeños agujeros o sin agujeros, lo que sabemos es que ¡pudín siempre es delicioso! ¿Qué tal probar esta deliciosa recete en tu cocina hoy y, quien sabe, comienzas una nueva tradición? Y, por supuesto, no olvides de publicar en Insta y marcarnos: @impressdecorbrasil!

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Impress Decor Brasil cuenta con un amplio portafolio de estándares en superficies decorativas, además de invertir continuamente en el desarrollo de diseños especiales, que combinan receptivamente con los deseos y aspiraciones humanas, reflejando el surgimiento de nuevos movimientos, tendencias y comportamientos de consumo para proyectos cada vez más asertivos e impactantes.