Continuando nuestra serie de impresiones sobre el Salón del Mueble de Milán 2019 – si aún no ha visto nuestro primer texto hablando sobre las nuevas perspectivas para los espacios, haga clic aquí -, el asunto de la vez son las superficies y los materiales explorados en la producción de muebles y en el design de interiores este año. Lo que, además, fueron algunos de los puntos altos de la feria en cuestión de tendencia e innovación.
Y para empezar: colores, muchos colores! Esa fue ciertamente una de las primeras impresiones de todo el equipo Impress al adentrar los pabellones del iSaloni en esta edición. No por menos. De los ya bastante aclamados tonos pastel y tonos terrosos hasta colores bien vibrantes, inclusive destacando colores primarios, como en las famosas obras de Mondrian, ese fue, definitivamente, un Salón alegre, vívido y, claro, exquisito.
En ese festival de colores, el naranja – con matices que iban de las más intensas hasta cerca del marrón – fue el escogido por la mayoría de las empresas para traer vida y vibración a sus colecciones. El gris, muy celebrado en ediciones pasadas, continúa presente, pero de una forma neutra, como una alternativa más leve al negro, siendo usado en segundo plan.
Se nota todavía, un abandono de la estética de un matiz solo y del apelo a ambientes extremamente sobrios, como vistos en otras temporadas. No que las paletas básicas hayan desaparecido, pero ahora vienen acompañada de colores y vida como el propio naranja, tonos terrosos, los nudes y los verdes grisáceos.
Tendencias en materiales
El aspecto multicolor, de hecho, llegó también a las piedras, que, según ya veníamos alertando, es la materia-prima de la vez cuando el asunto es superficie. Ostentando una paleta de colores bastante natural en dibujos orgánicos y movidos, las piedras estaban en todos los ambientes. Los mármoles clásicos (claros y oscuros), sin embargo, continúan siendo la opción más comercial de muchas marcas.
En tiempo, el granilite (revestimiento con características de la unión entre cemento, mármol y granito), que tuvo mucho éxito entre los años 40 y 60, y ya venía apuntando uno regreso al universo de los interiores hace algún tiempo, salió de vez de los pisos y conquistó la ambientación de espacios y la superficie de muebles, especialmente en salas y cocinas. Así como los cuarzos y las piedras minerales o reconstituidas.
Las maderas, a ejemplo de lo que ya vimos este año, siguen teniendo la función de traer sensación de calentamiento y conforto a los ambientes, siendo presentadas en tonalidades calientes, de las más claras a las más oscuras, y en variadas estructuras. Siguiendo esas características, los revestimientos de nuez con aspecto natural, por ejemplo, traían desde estructuras sutiles y lineales a las más clásicas, con catedrales marcadas y bastante movimiento, siendo la variación de patrón más vista cuando el asunto es madera.
Los robles, también muy presentes, extrapolaron el concepto de naturalidad en los espacios, exhibiendo una vasta riqueza de detalles. Los eucaliptos, yelmos y algunas maderas exóticas también tuvieron su turno y fueron las elecciones de muchas empresas.
Los materiales metalizados continúan ganando destaque y siendo utilizados en diversas tonalidades, como variaciones del dorado, cobres y platas, además del champaña, del níquel y del bronce, recibiendo acabados afinados, tales cuáles el anodizado, el cepillado, pulido o brillante. Por hablar en brillo, los revestimientos perluscentes también vuelven a la tona, como una apuesta bien actual del mercado de muebles.
En medio de tantos materiales expresivos, sin embargo, los revestimientos híbridos ahora aparecen más neutros y suaves, muchas veces remitiendo a unicolores y mezclando diferentes materiales, como piedras y concretos. Trayendo, así, aunque de manera sutil, bastante personalidad a los ambientes en donde son aplicados.
Todo junto y mezclado!
Por hablar en la mescla de materiales, la mezcla entre ellos o entre diferentes patrones de un mismo material en un único mueble o ambiente es, claramente, una de las tendencias más certeras (y pujantes!) del design contemporáneo. Para la feria, grandes marcas apostaron en piezas que combinaban hasta cuatro diferentes superficies, promoviendo el matrimonio entre piedras y maderas, híbridos y metales, y muchos unicolores.
Movimiento que tiene todo a ver con la creciente onda de humanización de los espacios – de la cual ya hablamos bastante por aquí -, en que la única regla es respetar las individualidades y la personalidad de aquellos que disfrutan del espacio. Claro, todo siempre en consonancia con las mejores soluciones estéticas y funcionales del momento.
Y es justamente atendiendo a esa búsqueda por la valorización del individuo en el proceso de creación y al interés creciente de esos consumidores por el design – lo que se confirma en plataformas cada vez más populares como el Pinterest y el Instagram -, que el mercado viene invirtiendo de manera bastante eficaz en investigación e innovación para ampliación de la oferta de superficies y acabados. Permitiendo, así, una mayor customización de los productos, aún cuando hablamos de producción masiva. Al final, no hay nada más inspirador que la libertad de poder escoger el ambiente en que se quiere vivir!