Hace algún tiempo que estamos enfatizando: “Si nuestras vidas no son estáticas, los ambientes en los que vivimos tampoco lo pueden ser”. Con una rutina cada vez más conectada entre vida personal, profesional y social, nuestras casas y espacios de trabajo deben reflejar esa transversalidad en interiores cada vez más acogedores, interconectados y libres de rótulos. Tendencia que se confirma de vez en lo que podemos apuntar como uno de los más palpables Salón del Mueble de Milán de la historia.
Con tantos cambios, ya sea en la manera de producir cuanto de exponer los productos al mercado – a ejemplo de las acciones desarrolladas por Impress Decor este año -, nuestro equipo de diseño y comunicación ha preparado una serie de contenidos exclusivos sobre el iSaloni 2019, revelando las principales novedades y tendencias observadas en el mayor evento volcado al sector de muebles e interiores en el mundo. ¡Y nosotros empezamos ahora!
El nuevo “made in Italy”
Ocurriendo entre el 9 y el 14 de abril de 2019, en Italia, el 58º iSaloni nos trajo más allá del purismo del diseño italiano y de las hot trends en colores, materiales, acabados y soluciones para el vivir, una nueva perspectiva sobre la manera como interactuamos y ocupamos los espacios en los días de hoy. Lo que queda bien claro en la elección de la organización en descentralizar la muestra Workplace 3.0 este año – como ya explicamos aquí. En ese ambiente híbrido, las marcas presentes – de los más variados segmentos – se presentaron de manera neta por los numerosos pabellones del Rho Fiera Milano, ocupando espacios en que el deber y el placer caminaban de la mano, rompiendo las barreras que separaban los ambientes residenciales de los corporativos, así como los indoors de los outdoors.
Y, por supuesto, la funcionalidad también fue la consigna en este escenario. Conocido por su magnitud, tanto en lo que se refiere al acabado impecable y el uso de materiales nobles como por las dimensiones de sus muebles, el diseño italiano también da espacio a la modularidad y a la búsqueda de soluciones. De propuestas simples como puertas de armarios que se abren en 180º o tapizados con soluciones de almacenamiento hasta ambientes totalmente multifuncionales, las marcas italianas expanden el diálogo con el mercado global, respondiendo a la demanda de productos para espacios cada vez más prácticos e inteligentes.
También llamó la atención la relectura de grandes clásicos del diseño italiano, que se trabajaban ahora con materias primas contemporáneas, como el metal y el poliuretano en la estructura, además de los revestimientos laminados en las superficies. Materiales que ganan acabados refinados, probándose alternativas cada vez más actuales, económicas, visualmente atractivas y de calidad para la producción de muebles. Todo esto, claro, sin renunciar al refinamiento y la excelencia que hacen del sello «made in Italy», el más reconocido en el mundo cuando el asunto es creación. No por menos, desde el año pasado la valorización del diseño local volvió a ser el principal mote de la feria, que lanzó un Manifiesto celebrando su profunda conexión con la ciudad de Milán, conocida como la meca mundial del diseño.
En la Euroluce, muestra de iluminación que ocurre junto a la feria en todos los años impares, aún, destaque también para la delicadeza de los acabados, enfatizando las luminarias con muy pocos hilos aparentes, diseños conceptuales y la asociación de las marcas con grandes diseñadores e incluso arquitectos, que firman las piezas Puntos que dejan cada vez más claro la necesidad de una mirada de 360º sobre la arquitectura de interiores – lo que tiene todo que ver con el nuevo concepto de exposición multisectorial presentado este año, el S.Project.
¡El mundo es redondo – y los muebles también!
El confort y el bienestar también aparecieron como otra gran preocupación de los fabricantes esta temporada. ¡Empezando por la forma! Con un aire más acogedor y menos racionalista que en otras ediciones, las formas masculinas y la linealidad de los muebles se suavizaron con esquinas redondeadas, que dominaron todo tipo de muebles. Las formas típicas de los años 70, con un clima relajado y algunos acentos de los años 90, también sirvieron de inspiración para las últimas colecciones. Las formas esculturales, aún, aparecieron tanto en el diseño de muebles como en la decoración, explorando movimientos orgánicos como un denominador común.
En la búsqueda de acogida física y emocional, los fabricantes también invirtieron en acabados texturizados y materiales suaves, como tejidos de trama ancha y peluche, trayendo sensación de confort táctil y visual, especialmente para salas de estar y dormitorios. El cuero natural también apareció en estos ambientes, añadiendo una sensación de calor y sofisticación. Como una extensión del cuarto, los closets ganan color, con frentes en vidrio y fondos con revestimientos unicolores o híbridos que huyen del blanco tradicional o del off-white.
Orange is the new black
Por hablar en colores, ellos estaban en todos los muebles y ambientes. De tonalidades atenuadas, como los tan hablado tonos pastel y los terrosos, a los colores vibrantes, como el naranja – la unanimidad en los stands -, ese fue, definitivamente, un salón alegre, vívido y, como siempre, bastante elegante. Por otra parte, los colores guiaron tanto el proceso de desarrollo de las nuevas colecciones este año, que incluso las materias primas aplicadas en las superficies de los muebles traían un juego de colores bastante interesante y en consonancia con las paletas en ascenso.
Los revestimientos, enfatizando las principales tendencias en colores y materiales para muebles, por cierto, es el tema de nuestro próximo texto acá en el blog. Lo que podemos anticipar, sin embargo, es que la mezcla entre ellos o entre diferentes patrones de un mismo material en un único mueble, interconectando tendencias y trayendo un lenguaje bastante plural a los ambientes es, sin duda, uno de los movimientos más pulsantes del diseño contemporáneo.