Impress Decor Brasil visitó la semana pasada la La Feria de Muebles de Estocolmo (Stockholm Furniture Fair), la mayor feria de diseño escandinavo del mundo. La feria, que reúne a los más creativos del segmento de la región, es un fiel reflejo de la forma de pensar y diseñar de los nórdicos. En ella, el propósito va más allá de la estética: es una mirada atenta al proceso, a la materia prima y a la sostenibilidad como principio no negociable. «A diferencia de otras ferias internacionales, donde las propuestas a menudo son conceptuales y experimentales, el diseño escandinavo mantiene un enfoque pragmático y viable, mostrando que la innovación puede ir de la mano con la funcionalidad y la producción consciente», dice Jessica Hori, gerente de producto de Impress que visitó la feria.
La madera, sobre todo la local, es la gran protagonista. El Pino, la Haya y el roble, todas especies abundantes en la región, se usan ampliamente en muebles, a menudo conservando los poros aparentes y aportando un toque de sofisticada rusticidad. El uso de estos materiales refuerza la premisa de usar los recursos locales y valorar sus características naturales.
Otro aspecto llamativo del diseño escandinavo que se aprecia en los stands es la equilibrada relación con el color.. En un ambiente donde la luz natural es escasa durante gran parte del año, los tonos vibrantes aparecen en los muebles y objetos para crear un contrapunto energizante a las bases neutras. Las paletas de colores, sin embargo, siguen una lógica precisa: nada es exagerado, todo está bien dosificado, reflejando la armonía característica de la estética nórdica.
El minimalismo es una directriz central, pero no significa rigidez. En la feria, las formas básicas conviven con proporciones inusuales, creando un juego entre lo esencial y lo inesperado. Además, hay un movimiento creciente a favor de las líneas más libres y orgánicas, que explora referencias que van desde la cultura vikinga hasta elementos medievales reinterpretados en el diseño contemporáneo.
Entre los espacios más inspiradores de la feria, el Green House se destaca como una plataforma de nuevos talentos. Equivalente al Pabellón Satélite del Salón del Mueble de Milán, esta área reúne a diseñadores emergentes que presentan ideas frescas y bien resueltas con un enfoque innovador y despojado. «Lo que se ve allí es diseño muy de autor, pero sin perder de vista la funcionalidad y la viabilidad de la producción», explica Luiz Gorgen, diseñador de producto de Impress.
Otro tema de conversación esencial en el evento es la sostenibilidad. Para los escandinavos, esta no es una tendencia pasajera, sino una premisa imprescindible. La conciencia ambiental impregna todo el proceso, desde la elección de los materiales hasta la viabilidad de la producción a gran escala. Esto lleva a una pregunta importante: cuando un producto se fabrica a gran escala, ¿aún conserva su identidad y exclusividad? Esta reflexión refuerza la búsqueda constante del diseño escandinavo de un equilibrio entre eficiencia y autenticidad.
En comparación con otras ferias de diseño de todo el mundo, como Milán, Estocolmo es más aplicable a la vida cotidiana. “Si en la capital italiana hay espacio para la experimentación y las ideas futuristas, en Suecia el foco está en la funcionalidad y en el impacto real que el diseño puede tener en la vida cotidiana de las personas. Aquí, más que crear piezas impresionantes, el objetivo es diseñar un futuro más sostenible y accesible para todos”, añade Jessica Hori.