Automatizamos tantos aspectos de la rutina que muchas veces no nos damos cuenta de cómo actitudes básicas pueden colaborar de manera muy positiva para mantener nuestra salud y buen humor. Desde el baño de sol con un café por la mañana hasta actividades muy accesibles al aire libre, como leer un libro, meditar o incluso un picnic improvisado en el jardín. En un período en que pasamos tanto tiempo en entornos cerrados, encontrar formas de conectar nuestro yo interior con el mundo que nos rodea es esencial para recargar nuestras energías e invitar a la naturaleza a entrar en nuestra vidas y hogares.
El simple privilegio de un pequeño balcón o patio ya ofrece esa sensación de extensión con el mundo exterior. Si hay espacio para una buena reposera o un juego de mesa y sillas compacto, ¡aún mejor! De hecho, si estos espacios llevan el exterior al hogar, también pueden conectar el interior de nuestros hogares con la inmensidad de las ciudades y la naturaleza. Los espacios gourmet son excelentes formas de optimizar las áreas externas y aún añadir valor a nuestros hogares, siendo una fuente de ocio e interacción.
Acogedor e inconfundible, Joaquim Walnut es un diseño perfecto para aplicar en un ambiente urbano elegante, con muebles de líneas rectas y sencillas, pero sofisticados. Combina perfectamente con este atractivo “gourmet”
Sabemos, sin embargo, que el aumento de población en las grandes ciudades, nos hizo tener que adaptarnos a hogares cada vez más pequeños. Así, contar con un espacio exterior es para muchos un lujo inaccesible o inviable. Pero, cálmate, ¡esto también tiene una solución! Es hora de abrir las ventanas, dejar entrar la luz del sol y disfrutar de nuestra dosis diaria – y tan necesaria – de vitamina D.
¿Qué tal darle un toque especial a ese rincón soleado de la sala de estar o la habitación, incorporando a la casa elementos típicamente utilizados en el exterior? Además de la madera, las texturas y las fibras naturales combinadas con tonos verdes o terrosos, sin duda ayudan a construir esta atmósfera de calidez.
Tejido con aspecto de fibra natural, el estándar Flix eleva el ambiente a un nivel de acogida y naturalidad imprescindible para afrontar con ligereza y sin cansancio las tareas cotidianas.
Además de la iluminación y los materiales naturales, las plantas van mucho más allá de dar color y vida a los entornos. Protagonistas de varios estilos de decoración contemporáneos, provocan una serie de ventajas físicas y emocionales, que van desde la mejora del aire hasta aumentar la relajación y la autoestima. Las que tienen hojas verdes y anchas se adaptan mejor a los ambientes interiores, además de provocar un mayor impacto visual. Serán las condiciones de iluminación natural y ventilación de los ambientes, sin embargo, las que definirán la elección de las especies más adecuadas.
Un buen consejo es combinar plantas con superficies de aspecto natural, como el nogal, con sutiles catedrales y mucho movimiento. Madera de personalidad, capaz de recuperar recuerdos sin descuidar la contemporaneidad, Shirin Walnut combina muy bien con la decoración de este “nuevo hogar”
Cultivando el amor (y tu propia comida)
Y, por supuesto, además de las plantas ornamentales, cultivar nuestros propios alimentos, ya sea en huertos, verticales o incluso en macetas pequeñas, aporta más libertad, salud y seguridad a nuestra rutina diaria. Además de ser una gran actividad terapéutica y educativa. Después de todo, pocas cosas son tan inspiradoras como cosechar literalmente el fruto de lo que plantamos.]
Un cuidado que se puede pasar de generación en generación, como en la familia de Flávia Braga, parte del equipo comercial de Impress Decor Brasil. «Tuve la suerte de tener contacto con la naturaleza desde una edad temprana», recuerda Flávia, quien pasó su infancia en una finca en el interior de Minas Gerais. Sin embargo, el cambio a un apartamento requirió algunas adaptaciones. El follaje del suelo dio paso a hierbas y suculentas cultivadas en macetas.
Ahora radicada en Curitiba (PR), el patio trasero fue uno de los puntos en los que brillaron los ojos de la mineira al mudarse a la casa donde vive hoy. ¡Y no es difícil imaginar por qué! “Mi madre vino aquí desde Minas, especialmente para ayudarme a pensar en mi jardín. Dejándola exactamente como lo hacíamos cuando era niña”, dice Flávia. “Realmente espero poder transmitir esta inspiración y compartir momentos con las manos en el suelo también con mi hija. Además de ser una actividad terapéutica para mí, conocer el origen de la comida que pongo en el plato de mi familia es muy especial”.