Brasil es sin duda el país con mayor biodiversidad del planeta y permite explorar conscientemente la naturaleza para traer cientos de nuevas opciones de color al trabajo de pigmentación, ya sea en telas, papel o tintas.
El teñido natural es una técnica milenaria, un saber de los ancestros rescatado y adaptado a nuestro escenario actual, es mucho más profundo que un tejido coloreado a través de pigmentos extraídos de las flores de las plantas. La conexión con las tareas manuales y las prácticas artesanales son actividades que promueven algunas técnicas ancestrales que son importantes para el momento que vivimos, acercándonos a nuestra herencia cultural, fomentando una alternativa más sostenible para la industria, que minimice el impacto en el medio ambiente y la creación de arte y moda autoral.
Algunos profesionales brasileños enfrentan esta misión de extraer materia prima de la naturaleza y presentarla de manera espléndida en sus productos. Un ejemplo de trabajo intrínsecamente ligado a los materiales naturales es el de la diseñadora y artista Maria Fernanda Paes de Barros, fundadora de la marca Yankatu, quien define su trabajo como “diseño con alma brasileña”. Trabajar con pigmentos naturales ha sido parte de Yankatu desde sus inicios, cuando Maria Fernanda abrazó con alma y corazón el deseo de valorar las tradiciones artesanales brasileñas, los artesanos detrás de cada una de ellas, sus comunidades y los biomas donde viven y de los que recolectan. la materia prima de sus obras, contextualizando cada historia y obra en sus creaciones.
La colección de materiales para extraer los pigmentos cambia con cada nuevo desafío, con cada nueva colección. En Minas, para la colección Memórias e Ipê, se utilizaron cáscaras de cebolla, urucú y polvo de café para teñir los hilos de algodón. También en Minas, solo que esta vez en el Vale do Jequitinhonha, se extrajo los pigmentos utilizados para pintar las piezas de cerámica de la propia arcilla y de las piedras y minerales encontrados en el suelo. En Pará, para la colección Alma-Raíz, los artesanos utilizaron Crajiru, Mangarataia, Urucú, Jenipapo, Capiranga y la combinación entre ellos para obtener más de diez tonos diferentes para la paja de tucumã.
“Otro punto importante que me encanta del pigmento natural es que va cambiando con el tiempo, con la luz del sol, con la humedad, a veces los colores se suavizan, otras veces cambian de tono. Lo que para muchos puede ser considerado un problema, para mí es una forma de contar su propia historia, es como si estuviera vivo”, dice Maria Fernanda.
Una gran prospectora del cerrado es la diseñadora de modas Maibe Maroccolo, de Mattricaria, una marca que investiga la flora tintórea brasileña y transforma más de cien plantas en tintes naturales. Puede ser semilla de urucú, cáscara de cebolla, hoja de boldo, tallo de zanahoria o tronco de jatobá. “Nuestro trabajo se centra en el potencial tintóreo de las plantas. Entonces tenemos una variedad de pruebas tanto en tintura textil como en extracción de pigmentos para el desarrollo de pinturas y tintes para aplicación en bases artísticas”, explica Maibe.
La lista de materias primas con las que trabaja la diseñadora es tan amplia como lo permite la generosidad de la naturaleza. Recoge, cataloga y prueba muestras de las denominadas plantas tintóreas. Después de una cuidadosa alquimia, todo se convierte en tinte. A partir de ellos tiñe los tejidos de fibras naturales en un proceso totalmente artesanal. La recolección para este tipo de teñido se realiza con mucho respeto por la naturaleza, por ejemplo, no se permite la recolección dentro de los parques, existen muchas especies tanto nativas como exóticas que se encuentran en extinción. La diseñadora cultiva jardines en su casa, un verdadero estudio para algunas pruebas de color.
Impress Decor, siempre preocupada por expresar conceptos, valores y referencias, desarrolla el estudio “Color del Año”, con foco en el segmento de arquitectura y decoración y en línea con las principales tendencias mundiales. Para 2022, la marca contó con la colaboración creativa de OHMA Design, y con una mirada profunda y sensible, las empresas trajeron ALMA, un color que transita entre tonos lila y azul, quizás un poco gris, como algo que no se puede definir con exactitud. Este color central y todos sus matices se acompañan de una paleta complementaria, MEZCLA, que representa la inmensa diversidad por la que el alma transita, se mezcla y se completa. Esta paleta consta de ocho tonos que van desde el beige hasta un marrón más denso. Toda esta investigación pasó por los colores que se encuentran en estado puro en la naturaleza, así como en los colores de nuestra piel, pasando por lo intangible que nos atraviesa el alma.