14ª Bienal Internacional de Arquitectura de São Paulo, que se celebra hasta el 19 de octubre, parte de una constatación ineludible: vivimos bajo el impacto creciente de los extremos climáticos y la arquitectura puede y debe reposicionarse como agente de transformación. Dirigida por un Comité Curatorial formado por Renato Anelli, Karina de Souza, Marcos Cereto, Clévio Rabelo, Marcella Arruda y Jerá Guarani, la edición, con el tema Extremos: Arquitectura para un Mundo Caliente, regresa al Parque Ibirapuera, ocupando la Oca tras una década de programaciones dispersas por la ciudad, para reunir respuestas concretas provenientes de muchos lugares y matrices de conocimiento: desde la frontera de la investigación científica y tecnológica hasta soluciones que surgen en los márgenes urbanos, en aldeas y quilombos. La muestra propone conexiones productivas entre saberes, promoviendo aprendizaje mutuo y experimentaciones in situ capaces de probar, a escala real, nuevas formas de organizar el espacio.
La programación se desarrolla en Muestra de Cine, Foro de Debates, Construcciones Experimentales, Laboratorios y Concurso de Escuelas, y se organiza en cinco ejes que sintetizan la agenda climática de la Bienal:“Preservar los bosques y reforestar las ciudades” (naturaleza como infraestructura y regulación climática),“Convivir con las aguas” (reconexión urbana con el ciclo hídrico y adaptación a inundaciones),“Reformar más y construir verde” (reuso y bajo carbono desde la obra hasta la operación),“Circular y acceder juntos con energías renovables” (planeamiento y movilidad para reducir emisiones y desplazamientos),“Garantizar la justicia climática y la vivienda social” (centralidad de las poblaciones más vulnerables y del derecho al territorio).
Además de mapear problemas, la Bienal convoca a la sociedad a presentar y desarrollar propuestas tangibles que combinen ciencia climática y conocimientos ancestrales. La apuesta está en la combinación de tecnologías socioambientales emergentes con materiales y prácticas tradicionales, construyendo un repertorio capaz de orientar las arquitecturas necesarias para habitar un mundo que ya supera los límites conocidos. El resultado esperado es una Bienal que reflexiona sobre el tiempo presente y que ensaya, a escala colectiva, caminos para reconstruir nuestra relación con los recursos, las ciudades y la propia idea de futuro.
Conozca algunos proyectos presentes en la 14ª Bienal de Arquitectura de São Paulo:
Campus del ITA Ceará y Bloque Multifuncional de Unileão, por Lins Arquitetos Associados
Invitado por la curaduría de la 14ª BIAsp, el estudio Lins Arquitetos Associados, de Juazeiro do Norte (CE), presenta un recorte que evidencia su actuación en climas severos: el campus del ITA Ceará, el Bloque Multifuncional de Unileão (que incluye el Hospital Veterinario Escuela) y un pabellón concebido en colaboración con la Rede Arquitetos. No es casualidad que la práctica de Lins nazca “de los extremos”: en el Cariri, de calor alto y baja humedad, proyectar significa equilibrar confort térmico, eficiencia energética y uso criterioso de materiales y técnicas locales. Esta condición convierte la región en un laboratorio de soluciones pasivas, como sombreado generoso, ventilación cruzada, balcones profundos, patios y pieles filtrantes.
Pabellón de Miriti, por Guá Arquitetura con el Atelier Miriti Sustentabilidade, maestro Joel Cordeiro
El pabellón presenta el miriti, fibra extraída de la palma amazónica Mauritia flexuosa como materia prima para la creación con “tecnología social”. Enraizado en la cultura de Abaetetuba (PA), donde la artesanía sostiene familias y un repertorio simbólico vivo, el material adquiere aquí otra función: en lugar de ser un objeto decorativo, se convierte en sistema constructivo. La propuesta aproxima el saber del maestro Joel Cordeiro y la ingeniería actual para explorar el rendimiento del pecíolo del miritizeiro, notablemente más ligero que maderas comunes, con buena resistencia y durabilidad. El resultado es un pabellón que combina bajo peso, potencial de montaje rápido y huella reducida.
Una nueva mirada a los igarapés de Manaus, por Casario Arquitetura Ribeirinha
Seleccionado en la convocatoria abierta y en el concurso de escuelas de la 14ª BIAsp, el trabajo propone repensar la vivienda social en los márgenes de los igarapés manauaras a partir de las condiciones reales del territorio: régimen de inundaciones y sequías, cultura ribereña y modos de desplazamiento sobre el agua. Firmado por Victória Emanuelle, estudiante de Arquitectura y Urbanismo del Centro Universitário Fametro, la propuesta valoriza materiales y técnicas locales, prevé soluciones de adaptación al nivel del agua e integra vivienda, trabajo y servicios de manera sostenible, actualizando el “casario” como infraestructura de cuidado ambiental y pertenencia comunitaria.
Proyecto Japiim, por Tetro Arquitetura
El Japiim parte de una premisa simple: bosque y personas son una misma continuidad. Inspirado en los igapós, bosques temporalmente inundados de la Amazonia, el proyecto toma el pulso del agua, la alternancia de luz y sombra y los ritmos de las plantas. En lugar de imponer un objeto al lugar, organiza espacios que se dejan atravesar por el paisaje: áreas de refugio y encuentro que mantienen contacto directo con el entorno y favorecen una experiencia sensorial de inmersión. Los materiales biodegradables refuerzan este pacto con el ciclo natural: tras su vida útil, pueden regresar al suelo como materia orgánica, reduciendo residuos y huella ambiental. El resultado es una arquitectura pensada con el bosque, para el bosque y como parte de él, un conjunto que se integra al ecosistema y propone convivencia, protección y aprendizaje a partir del propio ambiente.
Woven Breathing Façade, por Ye Sul E. Cho, Jane Scott, Ben Bridgens (Reino Unido)
Instalada como un “tejido” de láminas entrelazadas, la Woven Breathing Façade explora la higroscopicidad de la madera para reaccionar, por sí sola, al ambiente. Sin motores, sensores ni electricidad, cada elemento se dilata o retrae según varíen la humedad, la temperatura y la lluvia, abriendo rendijas para ventilación o cerrándolas para protección. A lo largo del día, el conjunto entra en un movimiento lento y continuo tan sutil que la aproximación del público ya altera el microclima y cambia el diseño de la piel. Inspirada en técnicas de cestería, la lógica constructiva crea una malla de “poros” que se ajusta en tiempo real, transformando la fachada en una experiencia de convivencia material con el clima: una arquitectura que respira con el lugar.
