Rodrigo Ohtake desvela el color como lenguaje en la arquitectura

En el evento de revelación del Color del Año 2026 de Impress, realizado el 23 de octubre, los invitados tuvieron la oportunidad de vivir experiencias y contenidos exclusivos. Entre ellos, un talk con el arquitecto y diseñador Rodrigo Ohtake, quien condujo una conversación inspiradora sobre el poder emocional y expresivo del color en la arquitectura. Con un discurso sensible y lleno de recuerdos personales, mostró cómo el uso del color va más allá de lo estético y se convierte en una herramienta de conexión e identidad.

Hijo del reconocido arquitecto Ruy Ohtake y nieto de la artista plástica Tomie Ohtake, Rodrigo destacó cómo su mirada atenta hacia las tonalidades y la luz fue moldeada desde la infancia. Contó que creció en un ambiente en el que el concreto era el material cotidiano, y que los viajes con su padre fueron fundamentales para desarrollar su “ejercicio de la mirada”, esencial en cualquier proceso creativo.

En su charla, Ohtake subrayó que el color es más que un elemento estético: es emoción, memoria y afecto. Recordó uno de los viajes más marcantes de su vida, a México, cuando visitó el Convento de las Capuchinas, obra del arquitecto modernista Luis Barragán, considerado uno de los maestros del uso del color. “Cuando llegas allí, es color por todas partes. Es color de un modo que ningún arquitecto brasileño se ha atrevido a usar”, afirmó. La experiencia le permitió comprender el poder de la luz y del color como creadores de atmósfera, emoción e identidad en el espacio arquitectónico.

El arquitecto también compartió ejemplos de cómo el color desempeña un papel central en los proyectos del Estudio Ohtake, fundado por su padre en los años 60. Entre las obras mencionadas está el Hotel Unique, en São Paulo, reconocido por su forma inusual y por su icónica piscina roja, hecha de pastillas de vidriotil. Ohtake provocó al público al reflexionar: “Si no fuera roja, ¿tendría el mismo éxito?”. Para él, el uso audaz del color transforma la percepción del espacio y despierta nuevas experiencias en el observador.

Hotel Unique

Otro ejemplo es la casa de Tomie Ohtake, de 1970, donde los volúmenes de concreto se combinan con azules, amarillos y rojos intensos. En una obra más reciente, Rodrigo destacó una casa modular prefabricada en la que los colores naranja y azul rompen la rigidez industrial y aportan vida a la estructura. “La arquitectura debe traer poesía a nuestro cotidiano, y el color tiene un papel fundamental en eso”, afirmó.

CasaTomieOhtake

En sus proyectos residenciales e institucionales, el profesional busca traducir el color como un lenguaje afectivo. En el Instituto Alana, una ONG ubicada en la zona este de São Paulo, en una región marcada por la ausencia de espacios públicos de convivencia, el arquitecto percibió que “faltaba vacío”, ya que las casas fueron construidas muy juntas y los niños jugaban en calles estrechas, sin aceras. Su propuesta, entonces, fue crear no solo un conjunto de edificios, sino una plaza cubierta: un espacio de encuentro, protección y convivencia. En este proyecto, el color desempeña un papel central. Ohtake utilizó tonos de azul y amarillo, inspirados en el logotipo de la institución, para transmitir alegría e identificación con el territorio.

sa atención al color también se manifiesta en el diseño de mobiliario, área en la que Rodrigo Ohtake ha explorado nuevas formas y lenguajes cromáticos. Señaló que los muebles, al igual que los espacios, deben ser capaces de transmitir emoción y confort. En colaboración con marcas nacionales e internacionales, desarrolló piezas de formas orgánicas y colores intensos, como morado, verde y terracota, alejándose de la neutralidad común en los productos industriales. “¿Por qué el baño no puede ser un lugar lúdico? El color puede transformar incluso un gesto cotidiano, como lavarse la cara, en algo más agradable”, explicó. Para él, el diseño, al igual que la arquitectura, debe liberarse del gris y del beige y asumir el color como protagonista. “El color es para usarse con ganas, de verdad”, afirmó.

Ohtake también destacó el papel urbano del color, citando ejemplos emblemáticos como el MASP, que ganó protagonismo en la Avenida Paulista tras ser pintado de rojo; el Hotel Renaissance, con tonos terrosos que contrastan con el gris de la ciudad; y el Instituto Tomie Ohtake, marcado por el uso expresivo del color como elemento de identidad y emoción. Para él, los colores tienen la capacidad de humanizar el espacio urbano: “Creo que deberíamos rescatar ese color para hacer las ciudades menos grises, más agradables y humanas”.

https://ohtake.com.br/arquitetura/ohtake-cultural/

En el talk de Impress, Rodrigo Ohtake reafirmó el color como una herramienta emocional y simbólica, capaz de conectar a las personas con el espacio y de transformar la arquitectura y el diseño en algo vivo, sensible y profundamente humano.

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